Friday, April 29, 2011

Asuntos pendientes II

Igual que a su madre, a Martina también se le aparecía un hombre en su casa cuando era muy joven. Dice Martina que el hombre aparecía sentado en una esquina de su cuarto donde otros dos cuartos se unían. Muchas veces le dijo a su madre que el hombre continuaba apareciendo en las noches. Fue tanta la insistencia que la señora colocó una silla con ropa del padre de Martina y su sombrero arriba para decirle que era la ropa de su padre y no un hombre.

Martina evitaba ver para donde el hombre se aparecía y se confortaba a sí misma, -es la ropa de papá. Pero desde hace unos años para acá, dice Martina que alrededor de seis años, su cuñado es quien lo ha visto pero no sentado sino moviéndose rápidamente de un lado del cuarto para el otro.

Otro suceso que sorprendió a la familia de Martina fue la visita de un hombre llamado Isidro. Cuenta Martina que su abuela, Ma Chana como ella le llama, les platicó que una noche ella comenzó a sentir la presencia de alguien en su recamara. De hecho, cuando estaba acostada, Ma Chana sentía que alguien se sentaba en un lado suyo. Ella se lo dijo a Don Vicente, su esposo. Éste le decía:

-Ay mujer, son puras alucinaciones tuyas. Aquí no hay nadie.

Ella le insistía:

-No Vicente, te digo que yo siento que alguien se sienta aquí en un lado.

Ma Chana continuó sintiendo la extraña presencia hasta que un día la persona se sentó encima de ella. Le dijo a don Vicente:

-Vicente se sentó encima de mí. Está muy pesado. Dile que se quite.

Don Vicente le contestó a Ma Chana:

-Pues si vuelve dile que se me suba a mí y que a ti te deje en paz.

La siguiente noche don Vicente sintió cómo la persona se sentó encima de él. Asombrado le preguntó:

-¿Eres de esta vida o de la otra?

Una voz de hombre le contestó:

-Soy de la otra.

Don Vicente continuó:

-¿Qué necesitas? ¿En qué te puedo ayudar?

La voz le contestó que necesitaba que fuera a un rancho en el estado de Guanajuato y que buscara a su madre para que le dijera que en el saco que usó el día antes de morir. Que ahí encontraría lo que tanto estaba buscando. Isidro, el espíritu, le dijo como llegar al rancho y la información necesaria para cumplir la tarea encomendada.

Al siguiente día temprano, don Vicente despertó a Ma Chana para que le preparara comida porque iba a buscar a la madre de Isidro. El rancho estaba lejos de donde vivían pero don Vicente llegó y habló con la madre de Isidro.

La señora estaba sorprendida por todo lo que don Vicente le estaba diciendo. Juntos fueron a sacar la ropa de Isidro y en el saco encontraron las escrituras del rancho de la señora. La señora sorprendida le contó a don Vicente que ya tenían tiempo buscando el titulo de sus tierras porque se las querían quitar por no poder comprobar que eran suyas.

Montenegro De Sánchez, Martina. "Asuntos Pendientes." Telephone interview. 27 Apr. 2011.

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